"Fui con una amiga un martes. Obviamente muy tranquilo y sin gente. La comida buena; el churrasquito simple pero sabroso, el cachopo de picadillo un poco bomba para mi gusto pero bien hecho y bastante relleno. El postre increíble, una tarta de queso con toques de cabrales. Lo mejor fue la chica galleta, Laura, que nos atendió. Un servicio muy amigable, siempre sonriente y rápida, un encanto."