"Fuimos al restaurante por la variedad de platos para celíacos y por su premio Guinness a la carta más larga. Desde que llegamos todo fue apresurado, los camareros nos pedían que nos decidiéramos rápidamente, a pesar de la extensa variedad de la carta. Como uno de nosotros era intolerante al gluten, pedimos la carta de platos sin gluten que resultó ser muy aburrida, limitada a unas pocas opciones como pizzas con masa sin gluten y platos que naturalmente no contienen gluten, como ensaladas, pescados o carnes, pero aún así eran insípidos en comparación con la carta convencional. A pesar de las dificultades para elegir algo atractivo, el camarero venía cada 5 minutos para ver si nos habíamos decidido y no se marchaba hasta que pedíamos. Una vez que pedimos, nos sirvieron relativamente rápido, pero se les veía correr de un lado a otro justo al lado de las mesas, lo cual resultaba molesto. El servicio era rápido, pero no permitía disfrutar de la comida ya que los camareros pasaban corriendo cerca de nuestra mesa. En otros restaurantes italianos hay mejor atención al cliente, aunque la carta sea menos extensa y la comida de igual o mejor calidad, como por ejemplo O 'Mamma Mia. El trato al cliente en esos restaurantes es incomparable al de este restaurante, donde el personal no estuvo a la altura de lo esperado."