"La atención ha sido muy buena, pero la comida no ha sido sabrosa. Le ha faltado sabor a todo los platos. Un rodaballo insípido, que no de mala calidad, y unos percebes sosos, sin sabor a mar. Por no hablar de las volandeiras disfrazadas con una salsa que no aportaba nada. Con semejante menú, el éxito en la costa gallega estaría más que asegurado, pero lamentablemente no ha sido así. Volvería a hospedarme en el hotel mil veces, pero no repetiría su restauración."