"Después de haber pasado una racha de ir siempre a los mismos lugares de Madrid para comer o comer decidí ir a probar nuevas cosas para romper con la monotonía y la verdad que no es mala. Estoy descubriendo buenos lugares como este restaurante situado en el centro de madrid ya que entras te sorprende que con precios tan baratos, la decoración es bastante elaborada. El trato es bastante bueno. La mayoría de los camareros son orientales, pero hay comida de todo tipo que fuimos por recomendación de un amigo. Pedimos un cerdo ibérico de un solo millo al estilo de mi tía con tomate y huevo frito y un canelones lleno de espinacas con escamorza (queso húmedo ninguno de los platos nos decepcionó. Por último, pedimos una re-recomendación expresa de nuestro amigo dos muy alto con helado de chocolate blanco y esto ya era gloria. Durante mucho tiempo que no probó un postre tan bueno, es un pastel lleno de una salsa de almendra dulce que realmente aunque al mejor empaca un poco al final, fue de muerte la cena salió en total por unos 30 euros dos personas, que no es caro porque la comida era de calidad. Le recomiendo a todos que se vayan."