"Fuimos a cenar una fría noche del 5 de marzo de 2022. En el salón comedor estaban las ventanas abiertas y no las quisieron cerrar por temor al virus. El día 6 de marzo, hoy, a mediodía fuimos a almorzar y las ventanas estaban cerradas porque le daba el sol a un cliente. Me dijeron que la solución a mi problema es que no fuese por la noche, pero sí a mediodía. Lógicamente no iremos nunca más. Somos clentes habituales desde hace años y ese es el trato que recibimos. No he visto a nadie más borde que la camarera que nos atendió."