"De casa, poco. La comida, aunque dicen que es hecha en casa, parece más bien para ellos, ya que solo un plato puede hacer que digamos que casi todo es casero, y no lo creemos ni ellos mismos. La “Fabada” sí se nota que es casera, pero no se puede saber cuándo la hicieron, y más que seguro no la preparan todos los días. Los pimientos y las truchas saben a mucho, como si fueran tan frescos que es como si crecieran en el barco. Sería mejor que retiraran esos platos. En cuanto a los postres, hay que ver si concuerdan sobre si es pastel de chocolate o flan, porque no creo que sean uno u otro. El trato del personal, muy bueno."