"Con abundantes mesas en la Plaza Mina y con sombrillas y calentadores, el servicio de camareros se releva insuficiente para la demanda de servicios del local. En nuestro caso, pedimos junto con las bebidas (agua mineral con gas y bitter kas), una bolsa de patatas fritas que, a pesar de las numerosas tentativas de atraer la atención del camarero, que se encontraba desbordado por la clientela, sólo conseguimos tener acceso a nuestro pedido tras varias tentativas (hablo de intentar atraer la atención del camarero 6 u 8 veces). Una vez conseguida su atención, se mostró muy empático y agradable, lo que resulta admirable teniendo en cuenta que se encontraba él solo para atender a 14 mesas con sus respectivos clientes. Pagar con tarjeta, una nueva odisea a pesar de que solicité la cuenta al mismo tiempo que hicimos el pedido. Precios en la media y entorno muy agradable, en la zona ajardinada de la Plaza Mina"
