"Nada más entrar ya eres consciente de donde te estás metiendo, un local hortera, antiguo y muy apañado . Los camareros muy poco profesionales, de andar por casa vamos, nos ponen en una mesa al lado de una nevera. En la pegajosa tabla se encuentran clavadas en el servilletero de cocacola 2 cartas en forma de triptico PLASTIFICADO. Una carta inmensa, 12 bocatas 6 burguers, platos combinados, pastas... Las hamburguesas se diferenciaban en la cantidad de ingredientes que le metían, pero sin ninguna gracia... Cebolla, lechuga tomate... Pedimos unos fingir de pollo para acompañar. Nuestros peores temores se cumplieron. TODO congelado directo a la freidora/plancha. Pan, hamburguesa, queso simplón... Los fingers eran trozos de pollo cortados de una pechuga a tijeretazos rebozados y bañados en un aceite de 3000 usos. El colmo fue al ir al baño y mientras esperaba a que estuviera libre, ver en el mismo pasillo un arcón congelador de los helados, LLENO de bollitos de pan de hamburguesas y pan de bocata. Resumen, no volver jamás. Ni siquiera sabiendo que es una Burger cutre, por que no es ni rico, ni baratillo ni SANO!"