"Fuimos con mi familia y fuimos los primeros en llegar al restaurante. El personal fue muy amable al principio, pero nos ubicaron en una mesa justo en la entrada y cerca de los refrigeradores. Pedimos nuestra comida que era un tartar de cecina. Llegó en buen momento y estaba muy rico, seguido de un filete para compartir que también estuvo bueno. Cuando empezamos a comer, nos dimos cuenta de que había una cantidad increíble de moscas, lo que hizo que no pudiéramos disfrutar la comida ya que se posaban sobre ella. Le comentamos al camarero, pero no ofrecieron cambiarnos de mesa ni nada. Había otras personas comiendo que parecían no estar molestas en otras partes del restaurante. Creo que vienen de los refrigeradores. Terminamos la mayoría de nuestras comidas, pagamos la cuenta, pedimos hablar con el gerente y nos dijeron que esperáramos afuera para no molestar a los otros clientes. Esperamos unos minutos y no llegó, nos dijeron que estaba ocupado. Otro camarero salió y habló con nosotros, pero no pudieron hacer nada al respecto. Ni siquiera nos ofrecieron una disculpa. Vivimos en España y sabemos que hay algunas moscas, pero en un restaurante completamente climatizado, es muy raro que haya tantas si no hay un problema de higiene o de desagüe. No volveríamos nunca más, lo cual es triste porque la comida estaba buena."