"Caminábamos el Camino hacia Fisterra y Muxía y nos alojamos en Corcubion de camino. Intentamos reservar en este restaurante, pero no recibimos respuesta, así que aparecimos a las 8.30pm, cansados y hambrientos, con la esperanza de tener suerte. Solo había otra pareja allí y fuimos recibidos cálidamente y con entusiasmo por el anfitrión, que hablaba un excelente inglés fluido y tenía un buen sentido del humor. Probamos los mariscos más deliciosos que hayamos tenido, destacando un plato de langosta y arroz que alcanzaba fácilmente para los tres. Al vernos tan hambrientos, nos dieron pan y un aperitivo de cortesía. Tomamos un excelente vino Albariño local. Resistimos los intentos de nuestro anfitrión por mostrarnos los tanques de mariscos y nos fuimos a las 10.30pm, justo cuando llegaba un grupo de 8 locales. ¡Qué gran experiencia y sorprendentemente barato para la langosta!"