"El local tiene un gran ambiente y la música, aunque es la misma, añade a la experiencia del cliente. Sin embargo, el tema de los precios... No hay ningún precio señalado y parece que cada día cambia lo que vale cada cosa. Un día pedí un par de cruasanes de chocolate pequeños y me cobraron 80 céntimos. Al día siguiente, me cobraron 1 euro. Y en otra ocasión que pedí un diferente tipo de cruasán de chocolate pequeño, me cobraron 2.20 por dos. Los precios no son consistentes, a mi amiga también le cobran diferente cada día. En fin, vuelvo porque me gusta el espacio y para trabajar no está mal, pero eso no significa que no me duela el precio."