"Esta fue nuestra segunda oportunidad. Queríamos celebrar el 18 cumpleaños de nuestra hija en un lugar con comida muy rica, moderna e informal y recordamos lo bien que la teníamos aquí. Esta vez éramos 9. Nos pusieron en un área que se han preparado con mesas bajas y sillones. Aunque en esa zona no se ve la cocina, fuimos geniales: es una zona muy buena para ir con los familiares mayores. Aunque no es una cocina pensada como una restauración clásica con primeros platos y segundos, hicimos este formato ayudado por uno de los camareros. Los camareros te sirven muy bien y explican cada plato. Tengo que ver que había una mujer entre los camareros, y por eso les compré la puntuación. los platos acompañan toda la experiencia. Hemos ordenado beber varias botellas de agua mineral, 1 nidoa, 2 botellas de trucha de cebada, 1 cerveza, 2 vermús y 6 cafés. Hemos compartido: 2 muelles de carabineros, 2 alcachofas y 2 dumpling de suquet de marisco. Luego cada uno un plato: 2 tuétanos, 2 sushimi lubina, 2 codillo, 2 chipirones y 1 jurel. Todos hemos estado encantados. postres: 4 merengue con fruta de pasión y 5 mil hojas. el postre que parece una pavlova nos ha goteado a todos, los milletes no nos han hecho menos sabrosos. han adoptado medidas preventivas contra el covidio. El lugar que amamos, está adaptado. el baño estaba limpio en un momento, aunque algún cliente, más tarde, no era muy amable con la limpieza. Eran unos 429 euros."