"Es una de las tabernas más antiguas de madrid, toda la madera, tanto la fachada como el interior y mantiene toda su esencia, el lugar dentro es mágico y está lleno de detalles auténticos, en la fachada hay una inscripción de 1797, aunque dentro está expuesto un certificado desde 1830, comimos verduras en la madrugada y el rabino de toro que es el plato típico era rico, no es el mejor toro rabo que sólo se come."