"Nos sorprendió muy agradablemente. Un restaurante chino de los de toda la vida , en el mejor sentido de la expresión. El cerdo agridulce me devolvió recuerdos de las primeras veces que comí en un 'chino ' con mi madre. El pato laqueado estaba realmente bueno, con la piel en su punto de crujiente y una salsa realmente sabrosa. Los bao de pollo también fueron una elección ganadora. Todos los platos que probamos cumplieron sobradamente nuestras expectativas. Un detalle que me gustó; las mesas son lo suficientemente amplias para poder compartir varios platos a la vez sin estrecheces. En definitiva, un restaurante chino tradicional, con buena preparación de los platos y ambiente agradable y distendido. No decepciona."
