"Un desastre, reservas mesa y no hay nadie que te diga que mesa tienes, palabras textuales, sentaros donde queráis, todas las que quedaban al sol y no éramos pocos, cuatro adultos y dos niños. Olvídate del servicio por que no existe, prepárate para esperar colas y tonto el último, pocas zonas de sombra, una locura, no sé cómo no tienen accidentes los niños en las atracciones, qué descontrol, lo mismo ves un niño, que un perro, que padres fumando en zonas de juego, cero organización, chavales como camareros y ningún encargado y lo mejor, caballos trotando por los alrededores con niños por todos lados, gracias a Dios salimos ilesos de esta aventura."