"Un sorpresón. Caímos en este bar de barrio por casualidad, buscando donde parar a comer camino de Barna… Y salimos encantadísimos con la comida (pedimos Bravas, Bombas, crujientes de queso y croquetas de jamón, todo buenísimo), el precio (26 euros con dos tercios águila sin filtrar, dos cafés y un phosquito) y el servicio. Es difícil que volvamos porque ha sido una casualidad, pero al que este cerca o pase por ahí, que no lo dude, no se equivocará."