"Habíamos estado en Rinlo más veces pero nunca en la Cofradía. Esta vez íbamos con mi madre, que nunca había estado en Rinlo. Reservamos mesa, nos sentaron junto a las ventas por lo que ya solo las vistas eran un placer. El servicio muy agradable y cercano. Pedimos arroz con bogavante para dos, comimos los tres (un buen plato) y no llevamos lo que sobró. De entrante tomamos unas almejas a la marinera, deliciosas, de mojar pan y repetir. De postre nos pedimos un flan de queso casero, he de decir que fue una pasada. La textura, el sabor... ¡Brutal! Sin duda, repetiremos."