"Nuestra comida incluyó una variedad de entrantes, bellamente presentados, como croquetas, queso derretido sobre pan tostado y ensalada de pulpo (servida en vasitos), que fue divina. El plato principal fueron las mejillas de cerdo negro servidas sobre puré de batatas. Muy sabroso. El desayuno al día siguiente fue menos impresionante, aunque bien, y el personal del desayuno fue un poco sarcástico, insistiendo en que los grupos se sentaran en ciertas áreas, a pesar de que el comedor apenas estaba lleno. Algunas áreas del comedor cuentan con bonitas vistas del río Miño."