"El último viernes fui al restaurante con mi amiga. Yo escogí el lugar. Estaba buscando algo romántico porque celebrábamos un día especial y me gustó su restaurante. Elegí una mesa para dos... Celebramos nuestro aniversario, así que decidí llevar un pastel al final de la cena. Mi sorpresa fue cuando llegamos, me dijeron que tenían un pastelero en el restaurante y no podían traer ningún pastel de cliente. El precio era de 10€ por persona. No tenía otra opción, era tarde, otro restaurante reservado, y decidí pagar por el pastel de nuevo. Cuando llegamos, le dije al camarero que el pastel era una sorpresa. En el momento del pastel pusieron primero los platos. Al final, no fue una sorpresa. María Pérez."