"Tercera visita. Sigue teniendo unos platos muy sabrosos. Con una clientela eminentemente extranjera, la cocina belga está presente con platos que siempre son de las más solicitados, como los mejillones a la thailandesa, más tataki de salmón y ceviche. Las carnes son otras de sus especialidades. Como postre, probamos la copa Pop-up (palomitas de maíz con dulce de leche). Buen servicio. Recomendable tanto el patio de dentro como la terraza de entrada"