"Para empezar, cuando entramos solo recibimos un "hola". Después de esperar 10 minutos para ser atendidos, nos sentamos en una mesa pequeña que no puede contener dos platos. Pedimos que nos cambien de mesa y le decimos al camarero (con la mascarilla solo cubriendo la boca) que tenemos que esperar de una manera desagradable. Nos sentamos en otra mesa (no nos acompañan, somos malos para encontrar un lugar en ella) y después de 30 minutos sin acercarse ni preguntar qué queremos beber, decidimos levantarnos e irnos. La mesa de al lado nos dice que harán lo mismo, llevan más de 40 minutos esperando a que los atiendan. No vayan, el lugar es estéticamente hermoso pero el servicio y las sillas incómodas. Vayan a otro lugar, escúchenme."