"Fuimos mi pareja y yo un fin de semana a Córdoba y para cenar queríamos algo diferente, de casualidad dimos con este restaurante, muy cercano a donde nos hospedábamos. Decidimos sentarnos fuera donde tenía unas barras muy coquetas, con sus banquitos de colorines. Pedimos una ensalada árabe que estuvo riquísima y muy refrescante, con el toque de hierbabuena. Luego pedimos toshka, súper sabrosas, y por último falafel. El mejor falafel que he probado, acompañado de un hummus… para chuparse los dedos. Para coronar la cena, un té moruno calentito.El trato del camarero fue exquisito, todo el rato preocupándose por que estuviéramos cómodos, súper amable. Nos comentó que se trasladaban a otro local cercano a la Mezquita. Antes de irnos de la ciudad volvimos al lugar y ya habían cerrado. Sin duda, el destino quiso que fueramos allí antes de que cerraran ese local tan acogedor. Y por supuesto, volveremos para conocer el nuevo establecimiento."