"El nombre le queda un poco pretencioso, para un sencillo bar de fritura andaluza. Pero, una vez entendido este exceso, el sitio cumple con lo esperado. Mezcla de cocina gaditana y murciana, con predominio de la primera. Calidad con altibajos. Mediocres tortillas de camarón, buenos croquetones caseros (muy grandes), buenas ensaladas. Destacan las frituras de pescado y los molletes. Los huevos rotos con jamón, muy normalitos. En general, exceso de sal. Ojo con las patatas bravas, hacen honor a su nombre. Los chopitos están muy buenos, aunque algo aceitosos. Servicio algo estresado, normal en estos tiempos de pandemia donde hay que atender todas las mesas en apenas hora y media. Camareras muy amables. La terraza, cubierta con toldo, es agradable. El interior es sencillo, algo desordenado. Lo dicho, un bar andaluz, donde pedir unos cartuchos de pescado frito o chopitos y una cerveza es una buena opción."