"Un lugar sorprendente, perdido en un lugar de Segovia donde no irás si no es porque vas allí. Una vez llegas te preguntas si has ecertado, entras y aún no sabes muy bien dónde estás, luego conoces a Cristina y su marido, piensas bueno, vamos a ver Te tean la carta y empiezas a sonreír por dentro y los ojos empiezan a coger brillo... Por fin, Cristina, empieza a traer platos, cada cual más fascinante y confirmas que no podías haber elegido mejor. Un lugar fascinante, platos exquisitos hechos con amor y saber hacer, buenos productos y bien elaborados. Gracias Cristina e hija por vuestro saber hacer. No olvidéis desviaros si tenéis oportunidad."