"¡Las Calamares fritas estaban impresionantes! Perfectamente salados, salieron calientes, nada gomosos y la textura no estaba grasosa. El sabor era sutil, no tan intenso como el calamar a la parrilla, pero el sazón en la masa no dominaba la carne. El pastel de pato confitado estilo Shepard llegó en tamaño de tapas, con una presentación pintoresca y directa, con una pequeña ensalada como adorno bonito en una losa de pizarra negra. El aderezo para esa ensalada era mostazoso y con un toque dulce, y contrastaba fuertemente con el sabor agridulce del pato. El puré de papas tradicional estaba completamente sin sazón, ni siquiera con sal, y el queso derretido en la parte superior parecía haber sido asado; tenía un toque amargo a ceniza. La cebolla caramelizada combinaba perfectamente con el pato, y juntando todos los elementos (incluso los pedazos chamuscados de queso) resultaba en un plato rústico y terroso que, como tapa, estaba perfectamente dimensionado para uno. ¡Croquetas de jamón Ibérico! ¿¡QUÉ ES ESTO Y POR QUÉ NO ESTÁ SIEMPRE DENTRO DE MÍ!? Doradas, fritas pero no grasosas, cápsulas divinas del cielo, ¡estas croquetas hacen desmayar a la croqueta francesa! ¡Las papas y el jamón son unos fuertes compañeros de baile en este tango delicioso! Platas mini Ibéricas una porción de manchego, chorizo y jamón ibérico. Sólido, rico, intenso y perfecto."
