"Fue una grata sorpresa. Entramos porque nos pareció qué el menú tenía buena pinta y no nos defraudó. El arroz negro con calamares estaba muy rico y los calamares muy tiernos. Tomamos una ensalada bastante correcta y unas croquetas qué, sin ser nada del otro mundo, estaban más qué aceptables. La comida bastante bien pero el local: su decoración, su limpieza, su servicio (un muchacho encantador qué estuvo pendiente todo el tiempo), nos pareció inmejorable. Tenía poca gente porque parece qué lleva poco tiempo. Repetiremos para comprobar qué no ha sido casualidad. La relación calidad/precio justifica sus cinco estrellas"
