"Mi mujer y yo nos hemos aficionado al senderismo y en esta ocasión elegimos hacer Valdelarco-Galaroza-Valdelarco, por su riqueza paisajística. Bellísimos parajes y extraordinarias gentes. El regreso del sendero fue accidentado porque pensábamos regresar por donde habíamos venido y la escasa señalización hizo que nos perdiéramos. Avisamos que llegaríamos tarde a almorzar y que esperábamos un transporte desde Galaroza a Valdelarco. Se ofrecieron a proporcionárnoslo y a esperar que llegáramos sin ocupar la mesa. Finalmente llegamos por otros medios y nos encontramos un lugar acogedor, iluminado y climatizado cómodamente. La comida y la atención fueron magníficas: las croquetas variadas, el timbal de morcilla, el solomillo (recomendado por la anfitriona) riquísimo y un postre de origen vasco cuyo nombre no recuerdo. El precio, acorde con la calidad del producto. Gracias por vuestras atenciones. Recomiendo cualquier ruta que acabe en Valdelarco y en Las 14 arrobas . Sin duda volveremos... ¡¡y esta vez con un GPS!!"
