"Relajante, refinado y seriamente buena comida. Hay una entrada separada e imponente en la calle para este restaurante, y las mesas están dispuestas en un vestíbulo espacioso, ordenado y perfecto para la conversación. El personal encantador que realmente parece querer complacer. Y lo más importante, un menú completo de deliciosa comida muy obviamente expertamente elaborado, por ejemplo el steak tartare (ajustando tu propio condimento) en brioche de trufa servido con pequeñas bolitas de patata imitando a las frites que todos los buenos parisinos comen con el plato. Sentimos un precio premium bastante modesto considerando la experiencia gastronómica: nos sorprendimos a nosotros mismos cenando tres veces aquí en una semana en Málaga. ¡No hay más que decir!"
