"Hasta ahora solo conocía Rumanía por Nadia Comaneci, Ceaucescu y la leyenda del Conde Drácula, pero a partir de ahora siempre la voy a relacionar con su extraordinaria comida, gracias al banquete que nos hemos dado en este restaurante. Como entrantes hemos pedido dos cremas espectaculares, una de berenjenas y la otra de pimiento (que también llevaba berenjena). Los dos están buenas, pero la primera es la mejor crema que he probado nunca. Espectacular. También nos han recomendado unos embutidos ahumados, realmente buenos, con unos quesos rumanos. También buenos. Como nos gusta mucho la carne nos han aconsejado unos rollitos de carne picada y arroz envueltos en hojas de col un poco agria. Parece ser que son típicos en navidad y no me extraña algo tan bueno debe ser servido en fiestas. También a destacar los riquísimos Micis, una especie de salchichas sin piel, de carne de cerdo, ternera y oveja, cocinadas a la brasa; el estofado de carne magra de cerdo con salsicha ahumada, huevos y polenta; y el plato que personalmente me ha fascinado, pastrami de oveja, salado, ahumado y adobado. Sencillamente espectacular. Para las niñas hemos pedido una pechuga de pollo con costra de patatas, crema de leche y queso. Francamente buena y sorprendente, pues estaba muy crujiente y por dentro muy jugosa. De postre nos hemos decantado por el pastel de chocolate, también muy jugoso, impresionante para no llevar ningún tipo de licor. No sé si en Rumania se come igual de bien, pero este restaurante es un digno embajador de su gastronomía."
