"Se come súper bien en este restaurante. El menú se divide en dos partes, la comida local de Barcelona y la italiana de Milán. Pedimos las croquetas, que estaban deliciosas, y las berenjenas como entrantes para cuatro personas. Como platos principales elegimos la pasta carbonara y los rigatoni boloñesa. Ambos platos estaban muy buenos, aunque la boloñesa tenía trozos de carne bastante grandes y no estaba tan rica como esperaba. De postre probamos el tiramisú, que no cumplió nuestras expectativas, y el cannolo de pistacho, que estuvo bien. En general, fue un sitio que no estuvo nada mal."