"Un lugar donde disfrutar de la magia de la cocina de Marruecos. Tajines, cuscús, té moruno, dulces árabes, pinchos de carne y pollo, harira (sopa tradicional marroquí) y, sobre todo, el personal tan amable de origen bereber, famoso por su hospitalidad, que te hará sentir parte de su pequeña familia. Además de todo esto, los platos tienen una relación calidad-precio que todavía no he visto en ningún restaurante árabe de Madrid. ¡El plato más caro no supera los 8,5 € y estamos hablando de una cantidad abundante!"