"Comida rica. Bien presentada, no abundante pero suficiente, pero el servicio muy mejorable en cuanto a conocimiento de platos y bebidas como mala organizacion del jefe de sala. Sólo el hijo de Adolfo (dueño del restaurante) es el que sale y se multiplica para que aquello salga decente. Luego mesas muy juntas pese a que casi no escuchas a tu pareja si estás en zona de terraza frente a Cibeles. Para los altos precios de este restaurante, y con la calidad de cocina, esto debieran cuidarlo mucho más."