"Estoy totalmente en desacuerdo con la crítica anterior en español. Varios de nuestros amigos se habían alojado aquí en julio en este pequeño hotel de pueblo dirigido por una pareja joven y entusiasta y lo habían recomendado completamente. Vinimos aquí para almorzar y nos impresionaron la amabilidad, la comida y la fusión entre lo tradicional y lo moderno, que es su leitmotiv. Tienen un menú fijo de 3 platos a 16,90 euros de lunes a viernes y a 18 euros los fines de semana. También cuentan con un menú infantil por 9 euros. Además, son uno de los primeros que hemos visto en introducir los símbolos de alergia en sus menús impresos. Hay 3 opciones para cada plato y todas son originales e interesantes. Opté por los raviolis, que estaban excelentes, seguidos por el 'secreto de cerdo' sobre una cama de cuscús con nueces y pasas. El postre era un sorbete poco común y un café negro. El vino de la región y pan también están incluidos."