"Muy buena recepción del personal, Ana hizo el esfuerzo para poner en práctica su conocimiento del francés. Fue un buen consejo en elegir platos típicos locales. Para escuchar nuestras peticiones, sabía con sus colegas que nos trajeran muchos platos sabrosos tanto en la presentación como en los platos, todo en un lugar muy florido y bajo el canto de los pájaros Al final de la comida, nos ofrecieron un morito muscat. Recomendamos encarecidamente este lugar por personal acogedor, así como los platos propuestos, el marco de madera, el fraicher de la habitación que permitió evitar el calor externo. Una dirección muy agradable"