"Un restaurante con encanto, singular y a la vez acogedor y con exquisiteces. Me recomendaron probar el lechazo y así lo hicimos, doy fe de que es de lo mejorcito en Madrid, tierno y con un sabor excelente. Lo acompañamos con entrantes de morcilla de Burgos (una delicia) y un buen vino tinto. Con los cafés nos pusieron unas rosquillas de la casa que estaban impresionantes... El servicio muy profesional, atento y nos asesoraron correctamente. El precio acorde a la calidad, el servicio de personal y la zona. Lo recomendamos sin lugar a dudas y repetiremos."