"Cenamos en Mastropiero y quedamos convencidos por el toque imaginativo que le dan a sus platos, intentando combinar productos locales con productos y recetas internacionales (por ejemplo, gyozas asiáticas rellenas de cordero extremeño). La calidad de los productos que utilizan en su cocina parecía ser de primera. Un único camarero logró proporcionar un servicio amable y profesional. Los precios son moderados por lo que recibes. Por último, las instalaciones, con el balcón que da al hermoso jardín y al paisaje de la ciudad, generaron un ambiente encantador para la noche."