"Desde la entrada pedimos unos mejillones; éramos tres adultos. Al abrirlos, nos dimos cuenta de que la mayoría no estaban en buen estado. Comentamos sobre esto y lo llevamos a la cocina. Yo, de manera personal, dije que no quería el mismo plato, ya que ya no tenía ganas de seguir con eso... Continuamos con los segundos (todo estuvo bien). Al momento de pagar, nos dijeron textualmente que ellos no tenían mejillones en mal estado y que no era su responsabilidad, ya que consideraban que servir algo en mal estado no era suficiente."