"Nunca he ido a un restaurante peor en mi vida. La bebida estaba muy aguada (en la imagen es Nestea, pero parece pis), como si le hubieran añadido agua intencionadamente para ahorrarse un poco de dinero. Además, estaba muy cara: 3,75 € por una cantidad pequeña y de mala calidad. Para rellenarla tenías que pagar 1 € extra, muy mal. Y, para colmo, pedimos unas patatas con bacon que estaban flácidas y muy secas, como si las hubieran sacado de la nevera y las hubieran puesto en el microondas. El sabor del pollo..."