"Fuimos con unos amigos la tarde del sábado para tomar unas cañas antes de un concierto que íbamos a ver. La camarera muy borde, no nos dejó sentarnos un rato en las mesas de afuera porque según ella estaban reservadas( nos fuimos y no vino nadie, le djimos que si venían nos levantariamos), en la barra tampoco le gustó que nos pusiéramos. Le sentaba mal que le pidiéramos un aperitivo, solo unas tristes aceitunas nos puso. Mi marido y yo estamos de paso, pero nuestros amigos viven en la zona y no creo que vuelvan ni hablen bien del lugar. Que pena que una persona destroce la imagen de un bar."