"He estado aquí varias veces para comer algo rápido antes de ir al cine. La comida es típica española con un toque gourmet. Hay algunos platos que sirven que son muy buenos, como los rollitos de primavera y las croquetas. Las veces que he ido han sido fuera de las horas normales de almuerzo o cena. Decidí ir a almorzar y sentarme en la terraza porque tengo un perro. El camarero salió, tomamos nuestro pedido y regresó para decirnos que un plato que mi amiga había pedido no estaba disponible y se fue, no trajo un menú ni esperó a ver si ella quería elegir otro plato. Esperamos y vimos que no iba a volver, me levanté y entré preguntando por qué se fue y no trajo un menú. Nos fuimos después de que el gerente viniera y nos hiciera sentir como si fuéramos irracionales. Es una lástima porque la comida es buena y en el pasado el servicio estaba bien. El gran problema con lugares como este en Barcelona es que no contratan camareros PROFESIONALES. En España parece que cualquiera puede ser camarero sin experiencia previa o formación. Los restaurantes están tan acostumbrados a tener turistas que vienen y van que ya no les importa el servicio al cliente y cuando un local pregunta o espera servicio, no está allí... triste y malo para la ya mala reputación que tiene Barcelona en términos de servicio al cliente."