"Fui a cenar con mi mujer y la verdad es que la carne estaba muy sabrosa, y la guarnición de verduras perfecta. Tanto el camarero como el dueño fueron muy amables, solo un detalle a mejorar, es una buena práctica que al terminar la cena el dueño se acerque a las mesas para preguntar si la cena ha sido correcta, lo cual es de agradecer, y en esta ocasión así fue, solo que el dueño solo se dirigió a mí, y aunque seguro que lo hizo sin darse cuenta, pienso que es un fallo, porque cuando un camarero o el propietario se dirige directamente solo a uno de los comensales, de alguna manera agrada más a esa persona pero sin darse cuenta puede generar el efecto contrario en los otros comensales, al sentirse ignorados. Es sólo una reflexión personal de algo que ya me ha pasado más veces y creo se debería corregir."