"Es un lugar pequeño y lindo con un menú pequeño pero delicioso. Estábamos en el paraíso de los restaurantes, hasta que notamos al dueño volteando el mantel desechable de la mesa, y solo limpiando la mesa que algunos clientes acababan de dejar. Luego comenzamos a notar que algunas baldosas del piso en las esquinas estaban muy sucias, y luego en el baño moscas muertas y mucho polvo en las cubiertas de las luces. Mal sabor de boca para lo que podría haber sido un nuevo favorito en Madrid."