"Fuimos a tomar algo a medio día. Tras pedir las bebidas en la terraza preguntamos por las tapas y nos indica el camarero que tenemos que pedirlas en el interior. Tras la primera ronda entro a pedir una ración y una tapa y la camarera de la barra me dice que tenemos que pedir al camarero de la terraza tanto las bebidas como la comida. Vuelvo a salir fuera y le repito el pedido a uno de los camareros de terraza, el cual literalmente PASA DE MÍ Y ME IGNORA. Al pasar el segundo camarero le vuelvo a pedir las bebidas, una ración y una tapa tras indicarle que acababa de entrar dentro. Su respuesta fue que la tapa no nos la apuntaba porque estaba seguro de que ya no quedaba de esa (todo esto tras volverle a repetir que acababa de entrar y que había visto que quedaban varias de la que estabamos pidiendo, y que si se la estaba pidiendo a él era porque la camarera del interior me había dicho que ella no apuntaba nada). Finalmente nos sacan todo lo que habíamos pedido (incluso la tapa). Entonces vuelve el primer camarero a apuntar la comanda que le había intentado decir antes y pidiendo disculpas por haberme ignorado (sí, reconoció que me había ignorado). En cuanto a la comida, la ración era de patatas bravas, las cuales estaban crudas (y no debimos de ser la única mesa con ese problema). Me habían hablado muy bien de este sitio pero dudo mucho que vuelva. Total falta de comunicación entre los empleados, mareando por completo al cliente. Si al menos la comida hubiese estado en condiciones..."