"El restaurante está bastante bien, con decoración muy rústica, tiene unas tinajas y unos artilugios de prensado de uva que son una gozada, tiene grandes salones que recuerdan a la época de la reconquista contra los franceses, es muy curioso recorrer el laberinto de salones que tienen. En cuanto a la comida, los ajetes están tremendos, todavía no tenían espárragos trigueros de temporada y no los pudimos probar. Las setas, los pimientos y las alcachofas muy ricas también. Pedimos dos churrascos trinchados, uno lo trajeron entre poco hecho y al punto como los pedimos pero el otro estaba muy hecho. La cerveza la sirven en vaso de tubo ¡De tubo! Esos vasos se deberían retirar de todos los restaurantes. La filloa de postre está muy rica pero la tarta de queso muy normalita. Para aparcar es mejor dejarlo fuera del pueblo y recorrer sus calles andando porque aparcar en la puerta es misión imposible, es un pueblo pequeño con calles estrechas pero con muchísimo encanto, sobre todo en Semana Santa."