"DECEPCIONADO Los Cabezudos es un viejo gran conocido en la capital aragonesa por la CALIDAD de su comida. Recuerdo haber ido en muchas ocasiones, hace años, a tomar tapas los domingos por la mañana: riquísimas. Y también recuerdo haber tenido una cena en uno de sus salones, hace tiempo, y salir muy contentos. No es un sitio nada barato, al contrario, pero es famoso por su CALIDAD. Mi experiencia personal de anoche, 23 de diciembre de 2023: Acudimos 12 amigos a cenar el menú especial de 50 euros IVA adjunto captura — El aperitivo de caldo casero: era un VASO DE CHUPITO. Bueno, pero MUY escaso supongo que por eso lo de llamarle “aperitivo” . Pero estamos hablando de un caldo, básicamente ¡AGUA!, no son angulas… — El taco de salmón de Noruega era un trocito de unos 3 x 1,5 x 1,5 cm puesto encima de una cuchara. Rico, pero al que yo llamaría “medio-bocado”, como mucho. — La croqueta: MUY rica. Lo mejor. Perfecto ahí. — La ventresca con piquillos. Correcta, sin echar cohetes dudo muchísimo que aquello fuera cebolla de Fuentes, por ejemplo . Y bastante escasita. — El pulpo a la gallega: lo siento, pero eso no era digno de llamarse así. Llevo a mi familia paterna de Orense a comer eso y salgo avergonzado. El pulpo no pasaba de “correcto”, tirando a mediocre. Y costaba distinguir ahí un buen aceite de oliva ¿tenía aceite? , apenas tenía pimentón ahumado de la Vera y no me pareció que llevase sal de calidad gruesa o Maldon… no simple sal de mesa . Y las patatas MALAS y un pelín crudas, nada que ver con las riquísimas patatas gallegas que te dan en esa región. — Las zamburiñas gallegas. Lo mismo: mi familia gallega me encorre a gorrazos. Dos por persona, cantidad en principio ok. Pero una era de un tamaño “medio” siendo generoso y la otra pequeñita. Entre las dos, su carne, no hacían el volumen de una zamburiña gallega de las que comes en cualquier sitio de Galicia. No estaban malas, en absoluto. Pero tampoco riquísimas. — Mi rodaballo estaba bueno, sin más no riquísimo o exquisito, como esperarías de Los Cabezudos . Y bastante escasito, de nuevo. — Los postres: un bombocito minúsculo, un trozo minúsculo de trenza de Almudévar. El canutillo de Tolosa, normal. Y el trocito de tarta de chocolate normalito, también. — El vino blanco estaba bien. — Mi café con Baileys no me pareció “café con Baileys” aunque esas palabras repitió el camarero cuando me lo sirvió . No noté esa cremosidad o untuosidad del Baileys. EN RESUMEN: una calidad, en general, muy normalita. Y en algunos casos ese pulpo mediocre. Y en general bastante escaso. Un menú que no está a la altura de los 55 euros que pagamos, ni de la fama de ese sitio. Ese era un menu de 30-35 euros, como mucho. Y con ese precio no hubiera salido de allí entusiasmado, sino pensando “a ver, son Los Cabezudos, por 30-35 no puedes pedir más”. Pero es que estamos hablando de 55 euros."