"El sitio es pequeño pero acogedor. El camarero es muy amable y atento. La comida en si no está mal, entre semana tienen menú o carta y decidimos pedir carta. De entrante comimos unas croquetas de carrillera muy ricas, cremosas y con un sabor diferente a lo que solemos probar en croquetas. De segundo pedimos medaglione de calabaza con salsa de trufa, una auténtica delicia. Cantidad correcta ya que es una pasta que suele llenar, sabor muy bueno, un acierto. Por otro lado también pedimos el risotto de boletus y a pesar de que no estaba mal, para mi gusto me faltaron 2 cositas para que estuviera mejor: el arroz un pelín más hecho y lo que es la salsa que lleva el risotto un poquito más líquida. Por lo demás, buen sabor y una porción abundante. Lo que no me terminó de convencer y así se lo hice saber al camarero es el postre: panna cotta con frutos rojos. Demasiada salsa de frutos rojos y la panna cotta no estaba cremosa, más bien tiesa . El camarero nos comentó que si se lo hubiéramos dicho nos la habría cambiado por otro postre, quizás pecamos de reservados pero está bien saber estas cosas. Seguramente volvamos a probar más platos o el menú."