"Buscando sitio para comer, encontramos El Zócalo por casualidad y atraídos por la carta nos decidimos a entrar. Gran acierto y muy grata sorpresa. Unos nachos supremos, soberbios para compartir, una enfrijolada más que generosa y buenísima y unas flautas poblanas de pollo, son tres platos que dejan satisfecho a dos comensales bien, pero bien comilones. La tarta de queso de notable alto, cremosa y muy sabrosa y el brownie con helado, sobresaliente. Todo ello en raciones abundantes y por poco más de 25 euros por persona y con el añadido de un personal amable y muy atento, borda un lugar totalmente aconsejable. Volveremos."