"Es un restaurante pequeñito y muy acogedor. La iluminación es cálida y te hace sentir muy bien. La decoración se la dejan a las fotos, con más de cien (sin exagerar) colgadas en la pared. El servicio muy profesional y amable, después llegó el jefe del lugar que es un encanto de persona y dicharachero. La comida es todo un descubrimiento, todo riquísimo y la calzones de las mejores que he comido nunca. El único pero que puedo poner es que no queda muy bien, que la mujer del dueño se ponga en una … – show"