"De y porque no hay Eso sí, hay que ir hasta la parroquia de Hoí, en Cangas do Morrazo. Y merece la pena. Nada más entrar en su propio aparcamiento y ves que no cabe un coche más, ya te vas haciendo a la idea de que es una buena idea comer aquí. Tienen al menos comedores, bastante grandes, muy acogedores, todo muy casero, donde te sientes muy cómodo. Te atienden un hombre y una mujer casi al mismo tiempo, muy educados, muy amables, que casi te Dan ganas de no abandonar el lugar. Y luego llega lo mejor, la comida. A escoger entre caldo, lentejas, o parrochas con acedías. Difícil elección así que pedimos los platos para empezar. No podían estar mejor. Impresionantes. Buenísimos. Buena cantidad, se podía repetir. Lo siguiente fueron filetes, spaghetti con langostinos y mejillones y estofado de carne. Fue morirse. Buenísimos. Muy generosas cantidades. De postre, flan, pastel de hojaldre, tarta de queso y tarta de Santiago. No podían saber mejor. Le dimos a todos los postres que tan generosa y amablemente nos deleitaron. Desde luego es para volver. Son muy buena gente, dan muy comida y el servicio es espectacular. Sin duda, de los mejores sitios para recomendar en Cangas es este restaurante, sin lugar a dudas."