"La idea es buena, una decoración ambientada en un restaurante americano de los años 50. Cuando tienes que esperar una hora para que te traigan una hamburguesa insípida, de la peor calidad que he probado en años y a precio premium, media hora para el postre y otra media hora para que te cobren, la experiencia se vuelve una total pesadilla. Servicio lento y comida precocinada y de mala calidad. Ni volveré ni recomiendo a nadie que vaya"